Las fórmulas magistrales para problemas de piel que los Casasola elaboraban convirtieron la farmacia de O Portazgo en una referencia no solo en el área metropolitana, sino en toda España. «Venía gente de León, Zamora o Madrid», recuerda Víctor Casasola , hijo de Fructuoso Casasola .
Este farmacéutico de pura cepa, oriundo de la localidad extremeña de Castiblanco de los Montes, se hizo cargo de la botica en 1938, aunque con anterioridad ya funcionaba como tal con otro propietario, aunque no se sabe con certeza si es anterior o posterior a 1900. Su mujer, Concepción Rodríguez , conocida como Doña Concha , se convirtió en toda una institución y era la encargada de poner inyecciones o entablillar a los enfermos. «Durante muchos años fue la única farmacia entre A Coruña y Carral», recuerda Víctor, que nació hace 69 años en el mismo bajo que dentro de unos días se verá obligado a cerrar. Sí, porque esta botica-museo tiene las horas contadas en su ubicación actual. A mediados de abril la nueva farmacia Casasola abrirá sus puertas en un local situado a unos 300 metros en dirección a A Corveira. «Perdemos solera, pero ganamos aparcamiento», apunta sonriente María Casasola Liñares , que se hará cargo del negocio. «No va a ser lo mismo, pero vamos a intentar mantener el espíritu de una botica. Los muebles van a ser idénticos porque estos,-señala la estantería de más de un siglo-, corremos el riesgo de que se rompan al intentar sacarlos. Llevaremos el mostrador, los albarellos, la pesa antigua y, por supuesto, el letrero», aseguran. Fotos de los turistas. El letrero al que se refiere forma parte de la historia de la farmacia y fue colocado hace 80 o 90 años. Es de metal, lleva la firma de un artesano de A Coruña Garcybarra y en él puede leerse: En esta farmacia no se fía ni se permiten tertulias...
pablo.portabales@radiovoz.com
Este farmacéutico de pura cepa, oriundo de la localidad extremeña de Castiblanco de los Montes, se hizo cargo de la botica en 1938, aunque con anterioridad ya funcionaba como tal con otro propietario, aunque no se sabe con certeza si es anterior o posterior a 1900. Su mujer, Concepción Rodríguez , conocida como Doña Concha , se convirtió en toda una institución y era la encargada de poner inyecciones o entablillar a los enfermos. «Durante muchos años fue la única farmacia entre A Coruña y Carral», recuerda Víctor, que nació hace 69 años en el mismo bajo que dentro de unos días se verá obligado a cerrar. Sí, porque esta botica-museo tiene las horas contadas en su ubicación actual. A mediados de abril la nueva farmacia Casasola abrirá sus puertas en un local situado a unos 300 metros en dirección a A Corveira. «Perdemos solera, pero ganamos aparcamiento», apunta sonriente María Casasola Liñares , que se hará cargo del negocio. «No va a ser lo mismo, pero vamos a intentar mantener el espíritu de una botica. Los muebles van a ser idénticos porque estos,-señala la estantería de más de un siglo-, corremos el riesgo de que se rompan al intentar sacarlos. Llevaremos el mostrador, los albarellos, la pesa antigua y, por supuesto, el letrero», aseguran. Fotos de los turistas. El letrero al que se refiere forma parte de la historia de la farmacia y fue colocado hace 80 o 90 años. Es de metal, lleva la firma de un artesano de A Coruña Garcybarra y en él puede leerse: En esta farmacia no se fía ni se permiten tertulias...
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